Hoy venimos con una receta para niños, adultos y quién se ponga por delante: lágrimas de pollo al horno con salsa de miel y mostaza.
Lo hemos comido infinidad de veces fuera de casa. En casi cualquier sitio de tapas lo ponen. Ya no solo en franquicias, que suele ser recurrente.
Pues nada con una pechuga de pollo o con los «solomillos» de pollo que venden ahora se hace sin problemas. Nosotros solemos comprar el pollo entero y los despiezamos porque nos encanta. Ya de paso lo aprovechamos por completo.
Aunque suene raro por nuestra parte esta receta es para hacerla en un momento, pero si queréis potenciar el sabor, marinar el pollo previamente no va mal.
En fin, vamos al lío.
Ingredientes para una ración
1 pechuga de pollo de corral
Un poco de leche/ un huevo de corral batido
Panko (pan rallado japonés)
Sal, pimienta, ajo en polvo, ralladura de limón y pimentón dulce
Para la salsa
1 yogur natural sin azucar
1 y 1/2cs de mostaza de dijón
1cs de miel
Un poco de zumo de limón
Sal
Elaboración
1. Arrancamos con la salsa. Batimos bien el yogur (a poder ser antes de abrirlo). Lo volcamos en un bol y le añadimos todos los ingredientes y sazonamos. Reservamos en frío. Si os gusta con más presencia de algo adelante, pero así va bien.
2. Cortamos la pechuga de pollo en tiras alargadas de 1/2cm de grosor. Podéis hacerlo con filetes de pollo no muy finos y cortándolos luego en tiras. Eso que os ahorráis.
3. Mezclamos la sal, pimienta, ajo en polvo, ralladura de limón y pimentón dulce en un recipiente. Con esto sazonaremos el pollo.
4. Una vez que lo tengamos bien sazonado lo pasamos ligeramente por la leche o el huevo batido y a continuación por el pan rallado. En nuestro caso pan panko.
5. Ponemos los trozos de pollo empanado en una bandeja de horno con papel vegetal. Solo queda meterlo al horno previamente calentado a 180 grados durante unos 12/15 minutos o cuando veáis que empieza a dorar. Cuidado que se reseca rápido.
6. Presentamos en un plato con un poco de la salsa de miel y mostaza para mojar al gusto.
Que se puede hacer frito y queda más rico, estamos de acuerdo. Pero en casa intentamos manchar poco, así que una solución para tener «todo» recogido según se termina de cocinar es esta.
Como siempre, las medidas de la salsa son orientativas, id probando y ajustarlas a vuestro gusto. Lo mismo pasa con la sazón del pollo, echadle lo que queráis que seguramente quede genial, nosotros os proponemos una forma de hacerlo.
Animarse a hacer estas lágrimas de pollo al horno con salsa de miel y mostaza que los peques y no tan peques de la casa os lo agradecerán.
Compártela con los padres de los amigos de tus hijos, tus primos, amigos o con quién más odies. A nosotros nos vale igual.
Esther
| #
Buenísimas!!
Reply
Pachi
| #
Muchas gracias, como siempre !! Ya que lo pruebas que menos 😉
Reply