La verdad es que el restaurante Lakasa de Cesar Martín es un sitio que teníamos apuntado desde hace tiempo pero que no nos habíamos decidido a ir porque la lista de lugares que visitar es larga. Total que nos encontrábamos en la zona de nuevos ministerios y vimos que nos quedaba cerca así que para allá que fuimos.
La entrada, la amplitud y la decoración del lugar nos hizo pensar que nos íbamos a tener que rascar el bolsillo más de lo habitual, pero ni mucho menos.
Para empezar deberíamos comentar que su carta es de producto de temporada y gran parte de los platos que la componen (por lo que parece y lo poco que he leído) cambian con frecuencia.
Fuimos a cenar sin reserva y no tuvimos que esperar apenas a que nos dieran mesa mientras nos refrescábamos con la cerveza y el vino de rigor.
Ojeamos la llegada de platos de alrededor y como nos gustaba todo optamos por preguntar. El personal muy amable nos comento que siendo dos, con cuatro medias raciones íbamos bien (más el postre claro), así que adelante con ello.
Empezamos pidiendo los buñuelos de queso idiazabal(imagen de portada) que es la marca de la casa y estaban cremosos y muy buenos.
A esto le siguió un embutido de un guiso de callos que habíamos visto pasar más de una vez por delante nuestra y que cuando nos llegó no defraudo, es más nos sorprendió y gusto mucho.
Ahora vienen los que zampamos como platos principales. Primero una pizza con quesos del país con un tomate con un punto dulce que lo hacía muy interesante. La comimos con gusto vaya.
El último plato fue capricho mío y es que al ver pasar una ración de esos salmonetes con un fondo de caza me enamoré. Para este tipo de platos soy fácil la verdad, el pescado en su punto y los caldos potentes me pirran. Para mi gusto el plato más redondo y sabroso de la noche.
Como nos veíamos bien y la noche lo pedía, elegimos un postre para compartir. Ración entera, a pesar de no ser muy de postres, de una crema catalana con helado de turrón. La crema, bien quemada arriba, y el helado estaban espectaculares.
Aparentemente, por la decoración y el ambiente que se respira en el restaurante parece un sitio para ir en pareja. Pero no equivocarse, que ojeando la carta y viendo que se puede pedir en medias raciones o enteras (incluso los postres), es un punto a favor para ir a compartir con amigos o familia.
Sitio tremendamente recomendable que volvemos a poner en la lista de pendientes por su relación calidad-precio, el cambio de ubicación y su modificación habitual de carta.
De precio, pues tomando dos copas de albariño y una cerveza, más las 4 medias raciones y el postraco salimos a unos 23€ por cabeza.
Aquí tenéis la web del sitio
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